para mirar el sol no hace falta mas que un vasto infinito numero de posibilidades presentes para observar la minuscula particula componente de la nada de este espacio vacio que trato de llenar con tu cuerpo.
se que debo haber perdido hace mucho el sabor del maiz q solia tener de tanto caminar para cambiar el rumbo innecesario de sincronia influyente que obliga a mantener en pie propuestas futiles que tratan de poner a soñar a pocos innecesarios pero desesperados de nuevo minusculos que observan desde afuera tratando de adivinar que pasa dentro sin saber someter el deseo que afloja el cerebro y hace caminar las piernas.
aromas que no olvidan nunca ser degustados por los cinestemicos descapacitados atrapados en el aire suspendidos por eso intangible de ondas beta que traspasa los cerebros para tomar forma en la mente inexistente mostrando sucesos que vendran, lugares donde estaran pero sin embargo se convencen los unos a los otros de que esto no sera nada ni nada pasara.
ventaja de los otros que siguen cumpliendo sus rituales para revivir a los muertos apareciendo sobre las sombras que producen los astros sin decir a nadie no cruzar las lineas invisibles porque siempre, siempre estan durmientes.
en medio de tanto ruido y cemento, algunas flores aun salen en los parterres tratando de sobrevivir a la ciudad, tratando de ser ese pedazo de hermosura que le queda a quito antes de las 7 de la mañana. cuando aun cantan los pajaros.
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